Las estadísticas demuestran que de todos los posibles tipos de patología que puede sufrir una edificación son las patologías ligadas a las cimentaciones las que mayores costes globales conllevan.
Es muy importante conocer las causas que provocan las patologías de estos elementos estructurales. De esta manera se podrán evitar los daños antes de que se produzcan o se podrá establecer un diagnóstico correcto y plantear una estrategia de intervención efectiva, en caso de que los daños ya se hayan originado.
Sin embargo la diagnosis de este tipo de patologías no es ni mucho menos inmediata. Deben analizarse los síntomas, esencialmente grietas y movimientos sufridos por el edificio (giros, asientos, desplazamientos, etc) para a partir de estos datos deducir qué mecanismo los ha originado. A la vista de la cimentación existente y del conocimiento geotécnico del terreno de apoyo, se podrán deducir las causas del comportamiento conjunto estructura-terreno-cimiento que son el verdadero origen de la patología producida.
Es esencial mantener esta metodología de análisis de la patología, porque de lo contrario la reparación se quedará simplemente en algo estético o superficial. Con el paso del tiempo la patología se reproducirá superficialmente y, lo que es más grave, continuará con un proceso de deterioro más oculto, con lo que unas simples grietas en paramentos mal diagnosticadas pueden llevar, en último extremo, al colapso del inmueble.
Una vez identificada la causa que provoca la patología en la cimentación se diseñarán las medidas reparadoras a adoptar. Se deberá actuar sobre la estructura propiamente dicha, sobre el terreno modificando las propiedades geotécnicas (con tratamientos de mejora y refuerzo) o sobre la propia cimentación existente (mediante recalces).
Todas las edificaciones con problemas en la cimentación ofrecen, tarde o temprano y de forma más o menos manifiesta, unas lesiones o síntomas apreciables a simple vista. Hay casos en los que se sabe que el edificio puede tener problemas, con lo que se pueden tomar las precauciones oportunas.
La observación, por parte de técnicos competentes, de la aparición de estos daños, facilita su interpretación e intervención. Pero en la mayoría de los casos, el conocimiento de los fallos en la cimentación se produce cuando ya existen daños en el edificio, a veces de gran importancia, con la aparición de lesiones sintomáticas claramente apreciables y detectables por cualquier persona no especializada.
Es importante tener en cuenta que la única prevención posible para patologías con origen en la cimentación es realizar el proyecto sobre la base de un estudio geotécnico completo y adecuado, un proyecto acorde a este, y un buen control de ejecución. Con ello estaremos reduciendo la probabilidad de fallo. Gracias al estudio geotécnico contaremos con el conocimiento adecuado del terreno, lo que permitirá, junto con las características del edificio y del entorno, escoger el sistema de cimentación más adecuado. Aunque se disponga de información sobre el suelo colindante, eso no es suficiente, ya que puede haber variaciones importantes con respecto al terreno del propio edificio. Además, no solo es necesario realizar un Estudio Geotécnico completo, si no que también hay que saber interpretarlo correctamente.
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